El verano muchas veces marca tendencias, que no en todos los casos son positivas. Los excesos de exigencia para con la alimentación (la típica de comer sólo lechuguita) o del gimnasio (dos horas por día envueltos en una bolsa de nylon y campera inflable), aparecen en la época estival como soluciones mágicas, sumadas a muchas otras que sin dudas son mitos, tan viejos como el mito mismo y tan poco ciertos como los horóscopos de revista de chimentos.
De todas maneras, el verano marca tendencias: la ropa más suelta y clara, peinados renovados, comidas menos calóricas, gimnasia más relajada o en espacios abiertos y la idea de disfrutar la vida al aire libre por sobre todas las cosas.
O sea te cuenta cómo hacer para que el verano que seguro te sorprendió sin una planificación adecuada de cómo querés verte y cuidarte, sea más sencillo, menos revolucionario y más duradero. ¿Te prendés?.
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