Un piojoso de ley |
Matías Dávila
revolucionrock87@hotmail.com
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Matías Dávila, piojoso desde que tiene uso de razón, hace un recorrido por la historia de Los Piojos, pasando por sus discos, experiencias vividas, hasta llegar a la separación de la banda. |
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Hace ya un tiempo que no se oyen notas de la que fue una de las mejores bandas de rock del país.
La noticia de que Los Piojos dejaban de tocar no fue una de las mejores noticias que uno, como amante de la música y del género, pueda recibir... Los motivos fueron diversos, que iban desde peleas entre los mismos músicos hasta el agotamiento mismo de ellos y las ganas de explorar otros géneros, estilos.
Los Piojos fueron la primera banda de rock a que seguí hasta donde pude. Ese aire de rock-candombe con mucho lunfardo del arrabal porteño, fue lo que me llevó a identificarme como un “piojoso” más. Si bien no tuve la suerte de tener la cantidad de viajes que pueden justificar tener una exquisita visión de las variantes que ha sufrido la banda, mis 15 recitales en diversos lugares del país, me han servido para poder identificar que Los Piojos hacían un genero único en Argentina. Es por eso que el maestro Solari (el Indio Solari), los nombró como la mejor banda del rock nacional.
Cuando se desprendió Daniel Buira (el batero piojoso) ya empezó a cambiar la esencia de Los Piojos, él es la cabeza de una gran banda de Buenos Aires que se llama “La Chilinga”, que cautiva a todos sus espectadores al ritmo de sus tambores.
El Dani Buira fue suplantado por Roger Cordera, apodo puesto por Ricardo Mollo debido a su gran parecido a Roger Dartley.
Roger grabo el que para mí es uno de los mejores discos de la banda “Verde Paisaje del Infierno”. Este CD tuvo el gran aporte de Ricardo Mollo en la producción integral de sus guitarras, que si bien para muchos fue una pérdida de identidad grande para la banda porque se diferenciaba mucho de los otros discos anteriores (Chac Tuc Chac, Azul, Ay Ay Ay, Tercer Arco y Ritual), a mi entender Los Piojos crecieron muchísimo tanto en lo musical como en lo tecnológico. El gran disco que demuestra que son verdaderamente ellos, es sin duda Chac Tuc Chac, por su fuerza, su ritmo, y el carisma que le daba a una banda que empezaba a romper con todas las formas encontradas dentro del genero musical.
Con la edición del ultimo CD muchos piojosos sentimos que la banda se alejaba mucho de su identidad original, pero a su vez no perdía fuerza. En efecto, Máquina de Sangre tiene un empuje muy grande y musicalmente es muy bueno, pero la incorporación de tanta máquina no fue de mi agrado.
Con la salida del disco se sucedieron diversos acontecimientos, como la rotura de la rodilla de Ciro pateando una pelota en la mitad de un recital (Cosquin Rock) y desde ahí en adelante, los recitales de la banda fueron cada vez menos. Hasta que después de 19 años de recitales, dejaron de tocar por un año, fue un gran impas para los piojosos. Sentíamos que nos faltaba algo muy grande, algo que no se puede explicar con palabras, solo se siente cuando uno se encuentra en el lugar ideal, en el momento ideal, eso era un recital de Los Piojos. Eran rituales de 2hs en las cuales no se paraba en ningún momento, y cuando uno volvía a su casa sentía que, musicalmente, ya estaba satisfecho.
Tuve la suerte de que mi hermano mayor, a temprana edad, me haya inculcado el buen gusto por la música. Es por eso que con él y su grupo de amigos, como también con mis amigos viajábamos encontrando en cada marcha anécdotas e historias diferentes.
Como dijo el Indio: “las despedidas son esos dolores dulces” y eso fue el último recital de Los Piojos en la cancha de River. Bajo plena lluvia, la banda brindo el mejor recital de su vida, quizás porque se sabía que por sus peleas internas la cosa no volvería a ser como antes, y había que darle un punto final. 70 mil personas asistieron a ese evento, y yo no pude ir, tampoco mi hermano. Primero por negar esa situación y segundo por motivos personales que nos llevaron casualmente a estar esa misma noche juntos.
Igualmente fueron personas a las cuales quiero mucho y se puede decir, que uno se sentía presente en el show estando ellos.
Como he dicho, fue un quiebre en el género del rock nacional, fue explosiva, con códigos y es musicalmente una de las 3 bandas más completas del país.
Hablar de Los Piojos son charlas de horas y horas, en cualquier evento, lugar y con cualquier persona. Siendo sincero es lo que me identifica, sus letras me identifican y es por eso que cuando en un recital sentía Cruel (Canción de la banda que se encuentra en Chac tuc Chac) volaba no queriéndome ir nunca de ese lugar.
Lo cierto es que uno siempre espera que se vuelvan a juntar y poder tener la chance de escucharlos una vez más, soñar con que le lean la bandera. Pero quizás con lo que se dio, alcance para guardar el mejor de los recuerdos de una banda que abrió caminos y que no dejó de crecer nunca. Inclusive hasta el día de su despedida. |
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